Necesitamos transmitir motivación y confianza a nuestro equipo para sobrevivir a los cambios que se avecinan
Estamos atravesando nuestra “guerra” del siglo XXI. Debemos prepararnos para afrontar el impacto presente y futuro de la COVID-19 en todos los ámbitos, incluyendo nuestro entorno empresarial. En un artículo anterior animaba a sacar el héroe que todos llevamos dentro. Aquí propongo diez sencillas claves para ayudarnos a desarrollar esa actitud heroica que todos necesitamos a nuestro alrededor.
Aviso que no es nada nuevo lo que propongo. Las grandes corporaciones multinacionales ya pusieron esto en marcha a finales del siglo XX, lanzando disruptivos proyectos de ambientes “open-space”, sin tabiques separatorios, mezclando jefes con subordinados, y rompiendo las barreras departamentales en grupos de trabajo multinacionales donde logística compartía espacio con ventas, marketing y finanzas, para que todos sintieran el proyecto común de la empresa y no el limitado y parcial enfoque de su departamento.
Lo que te puedo asegurar es que funciona. Yo lo viví hace ya veinticinco años y doy fe de que estas medidas conforman una actitud de liderazgo tan poderosa que los resultados llegan, aún en los momentos más difíciles.
Estas son las diez acciones que te propongo para humanizar tu modo de liderar y hacerlo realmente efectivo en estos momentos críticos:
- Abandona tu despacho. Los generales que ganan las batallas son los que dejan sus cómodas mansiones en retaguardia y bajan a la trinchera a mancharse de barro, para conocer la situación tal cual es, de primera mano, y poder liderar continuamente a su equipo. Derriba muros, aunque sean de cristal. Sólo así sabrás lo que realmente está ocurriendo.
- Escucha todo. Es preciso conocer la realidad. No bloquees lo que no quieres oír, sino todo lo contrario. Si sólo escuchas lo que te agrada corres el peligro de perderte una gran parte de la realidad. Y en las crisis todo sucede muy rápido, debes estar muy atento a toda pieza de información, especialmente a la que te cuesta más atender. Detrás de cada crítica hay una oportunidad de solucionar un problema y aumentar la fidelidad e implicación de la persona que la compartió contigo. ¡Agradece las quejas como un regalo! Piensa en todas las personas que no se atreverán a compartirlas contigo y la gran cantidad de información que te perderás.
- Fija objetivos realistas. El plasmar cifras y planes en un papel que no se puedan conseguir generará todavía más estrés en ti y en toda la organización que el enfrentarte cuanto antes al peor escenario posible. En el primer caso sigues corriendo ante un ideal que en fondo reconoces imposible, mientras que en el segundo consigues pararte de golpe ante los verdaderos problemas,y así tendrás la posibilidad de solucionarlos.
- Automotívate a diario. Lo vas a necesitar. Necesitas buscar apoyos en tu interior y exterior que te equilibren y permitan generar la energía positiva para compartir con los demás. Cultiva tu riqueza interior, lee mucho y busca a aquellas personas que saben apoyarte bien, porque vas a necesitar a veces su guía, y otras su consuelo.
- Inspira por doquier. La motivación es el arma más poderosa para ganar cualquier batalla. Guárdate los miedos y los análisis catastrofistas. ¡Todos sabemos que la situación general está mal y empeorará todavía más! Pero tú estás a cargo de que este barco no naufrague, y cada día transmitirás a tu gente tu confianza en que se mantendrá a flote. Los miedos te los guardas… ¡en el despacho que abandonaste!.
- Involucra a todos. El “ordeno y mando” ya no funciona. Tenemos a los profesionales más formados de la historia. Todos se plantean la situación y también tus directrices. Ya no se convence por la autoridad asignada sino por el respeto otorgado por aquellos a quienes lideras. Por lo tanto, para de dar órdenes a tu antojo como un jefe rancio del siglo XX y comienza a explicar, proponer y buscar consensos para formar equipos de máximo rendimiento.
- Predica con el ejemplo. No pidas nada que tú no hagas, porque minará tu credibilidad, y no conseguirá que los demás te sigan. Y si no sabes de algo, aprende, y también pide ayuda a tu gente. Valorándolos no perderás autoridad, sino todo lo contrario, ganarás su respeto y aumentará su involucración al sentirse útiles y reconocidos.
- Simplifica y digitaliza al máximo. Elimina burocracia. Ayuda a tu gente a concentrarse en aquellas tareas que aportan valor. No hay tiempo que perder. No quemes a tu gente con más reportes. Como has abandonado el despacho, y estás al tanto de todo lo que ocurre, ya no los necesitas. Porque sabes lo que está pasando. Y para lo que se necesite gestionar, digitalización máxima. Usa a la tecnología como tu gran aliado para no correr, sino volar.
- Confía en tu equipo. No tengas miedo a depositar tu confianza en tu gente. Otorga autonomía y delega continuamente, porque es la única forma de avanzar multiplicando el efecto de las acciones individuales. Si desconfías pedirás demasiados reportes continuamente, y obligarás a tu equipo a preparar mucha documentación que no aporta verdadero valor, porque no genera ventas, y ocasionará frustración en el que quiere realmente conseguir unos mejores resultados. Si estás cerca de las personas, sabrás lo que ocurre sin atosigar. Y para lo que se necesite reportar, elimina papel y digitaliza al máximo.
- Cuida a tu gente. Esta frase la escuché de un zorro viejo, un general en retirada por jubilación, que no por valía y coraje. Ese fue el mejor consejo que dejaría públicamente a un sucesor que nunca lo practicó. ¡Aprovecha tú el mensaje!. Es la mejor recomendación que he escuchado jamás para conseguir organizaciones efectivas. Las personas no llegan a los objetivos por presión para alcanzar unas cifras que alguien plasmó en un documento, sino por una genuina motivación tanto individual como grupal. Mima a la gente comprometida.
Pequeños pasos para convertirnos en heroicos generales que sepamos guiar a nuestras empresas en estos tiempos difíciles, creando equipos sólidos, comprometidos y confiados. Si estás de acuerdo en que ésta es la mejor línea a seguir, comparte este artículo. No sé si podremos convencer a alguien, ¡ojalá!, pero lo que sí conseguiremos es establecer conexiones con aquellos que creen en este tipo de liderazgo y lanzar redes de ilusión y confianza en el futuro.
Mónica García Bustamante, Founder & CEO, Business Knowmad Consulting & Outsourcing